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Edificación sostenible

Una estrategia clave contra la crisis climática



Panamá es un país altamente vulnerable a los efectos del cambio climático. Algunos eventos meteorológicos ocurridos en los últimos 3 años han puesto en evidencia esta condición de vulnerabilidad creciente en los sectores económicos claves del país, así como en los recursos naturales y ecosistemas vitales que están relacionados con la disponibilidad del recurso hídrico, actividades agropecuarias, la salud humana y el desarrollo de zonas marino-costeras y ciudades. Estos eventos naturales de origen meteorológico y geológico han causado numerosas afectaciones como la pérdida de vidas humanas, impacto en el tránsito a través del Canal, destrucción de infraestructura física pública y privada, pérdida de producción agropecuaria, pérdida de bosques y afectaciones directas e indirectas a miles de personas. 


El Ministerio de Ambiente (MiAMBIENTE) en conjunto con el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MIVIOT), ha identificado tres casos puntuales de afectaciones a comunidades dentro de nuestro territorio por causa del cambio climático, como lo son los damnificados durante el paso de los huracanes Eta e Iota en 2020 en la provincia de Chiriquí, los afectados por el aumento del nivel del mar en la Isla Gardí Sugdub en Guna Yala y las familias de la comunidad La Solución en Isla Colón, provincia de Bocas del Toro, que sufrían de inundaciones recurrentes y vivían en condiciones precarias sobre aguas servidas. Aunado a esto, a través de los escenarios de aumento del nivel del mar, las instituciones han podido identificar a otras sesenta y tres (63) comunidades que podrán verse forzadas a desplazarse en el mediano y largo plazo.


Ante este panorama, resulta imperativo adoptar e implementar de inmediato medidas de adaptación al cambio climático en el sector de la construcción, tomando decisiones informadas para hacer frente a este creciente desafío. 


Algunas respuestas propuestas ya existen y están recopiladas en la Estrategia Nacional de Desarrollo Socioeconómico, Inclusivo, Bajo en Emisiones y Resiliente al Cambio Climático al Año 2050 (“ELP”), emitida en Panamá en cumplimiento de sus compromisos bajo el Acuerdo de París. Esta estrategia orienta y desarrolla la Política Nacional de Cambio Climático al 2050, acompaña a la Estrategia Nacional de Acción por el Empoderamiento Climático (“ENACE”), y al Plan Nacional de Género y Cambio Climático. 


La ELP Panamá representa un compromiso firme del país con la construcción de un futuro próspero y sostenible para todos sus ciudadanos. A través de esta Estrategia, Panamá se posiciona como un líder regional en la acción climática, demostrando su determinación para alcanzar un desarrollo bajo en emisiones y resiliente al cambio climático. 


Mediante un análisis participativo se definieron e integraron en este documento cuatro pilares estratégicos y veinte transformaciones, que comprenden más de ochenta y ocho acciones clave. El objetivo principal es disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (“GEI”), optimizar los sumideros de carbono, fortalecer la adaptación al cambio climático y gestionar las cuencas hidrográficas.


Por ejemplo, el Pilar Estratégico 3, que se refiere al ordenamiento de las cuencas hidrográficas alrededor de la conservación del agua y la biodiversidad, indica que se hace necesario reglamentar la incorporación de arbolado, cubiertas ajardinadas y áreas verdes de uso colectivo como una parte obligatoria de la construcción urbana, promoviendo así un enfoque ecológico y comunitario en el desarrollo de las edificaciones que favorezca la reducción de emisiones de GEI; incluir enfoques alternativos de construcción para la gestión del recurso hídrico, incluyendo la canalización, recolección y desagüe de aguas pluviales en entornos urbanos; actualizar los estándares de diseño estructural y reglamentos de construcción incorporando criterios de cambio climático.


También hace un llamado a la reducción del consumo energético como mejora en los diseños y construcciones de edificaciones y a capacitar a los gobiernos locales y comunitarios con población propensas a desplazamientos, en cuanto a buenas prácticas de construcción resiliente.


¿Qué medidas debemos adoptar?

El incremento de la población urbana y la edificación insostenible intensifican los impactos del cambio climático, particularmente el aumento de temperaturas en las ciudades, poniendo en riesgo la salud humana y la seguridad alimentaria. La ausencia de planificación urbana exacerba estos efectos. Es también por ello evidente que existe una necesidad urgente de implementar modelos de urbanismo sostenible para mitigar el impacto del desarrollo urbano descontrolado en la biodiversidad y los efectos del cambio climático.


El sector de la construcción, responsable de un 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero, enfrenta un reto urgente: construir viviendas que permitan cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2030. Sin embargo, este crecimiento debe ir acompañado de una planificación adecuada que priorice el uso racional del suelo y garantice que las ciudades puedan cumplir con sus funciones sociales y ecológicas sin comprometer el medio ambiente.


Las ciudades, que albergan a la mayoría de la población mundial y donde se espera que 2400 millones de personas se trasladen en las próximas dos décadas, deben reconceptualizarse bajo un modelo sostenible y resiliente. La falta de estrategias adecuadas para mitigar el impacto del cambio climático en estos entornos urbanos puede llevar a consecuencias devastadoras.


Iniciativas como las torres Bosco Verticale de Milán, que integran la naturaleza en su estructura y son autosuficientes energéticamente, brindan ejemplos tangibles de lo que podría ser el futuro de la vida urbana sostenible.



La inversión en planificación urbana sostenible es crucial para garantizar que las ciudades puedan hacer frente a la crisis climática, promoviendo un desarrollo urbano sostenible que proteja tanto a las personas como al planeta.

En el caso específico de Panamá, de acuerdo con lo contemplado en la Hoja de Ruta para una Economía Circular de Panamá, 


“En el 2050 Panamá será un país que haya implementado de manera exitosa la transición hacia una economía baja en emisiones y circular. La energía provendrá de fuentes renovables. Los procesos de producción serán optimizados para maximizar la eficiencia y minimizar los residuos. Los productos alimenticios serán utilizados de manera más eficiente. Los productos serán reciclados o compostados al final de su vida útil. La materia orgánica se convertirá en abono orgánico o energía renovable. Los vehículos y el transporte público con combustibles alternativos y energías limpias y eficientes dominarán. Los edificios utilizarán materiales reciclados y reciclables.

Luego añade el documento al comentar sobre aquellos sectores donde se hace necesario intervenir:

“el sector Ciudades y Construcción es crucial para el desarrollo sostenible de Panamá. Las ciudades son centros de actividad económica y consumen una gran cantidad de recursos. La promoción de la construcción sostenible, la optimización de la infraestructura urbana y la promoción de la movilidad sostenible son aspectos clave para transformar este sector. La economía circular en este ámbito implica la promoción de edificaciones sostenibles, la reutilización y reciclaje de materiales de construcción y la optimización de la infraestructura urbana. 

Por otro lado, mediante la Resolución N° 3142 de 2016 se emitió la Guía de construcción sostenible para ahorro de energía en edificaciones (Gaceta Oficial No. 28165). Luego, mediante la Resolución de la JTIA No.002 de 13 de enero de 2023 se aprobó el reglamento de edificación sostenible para la república de Panamá V.2. 2022.


La Estrategia Nacional de Desarrollo Socioeconómico, Inclusivo, Bajo en Emisiones y Resiliente al Cambio Climático al Año 2050 proyecta disminuciones significativas en las emisiones de GEI. En el sector de edificios residenciales, se anticipa una reducción del 66% con medidas adoptadas actualmente pero aún no implementadas, y un 78% adicional si se implementan medidas hasta 2050, ambas en comparación con las acciones ya implementadas antes de 2022. Respecto a los edificios comerciales, se espera una reducción del 44% en el consumo eléctrico para 2050 bajo un escenario alternativo, y una disminución de emisiones de GEI del 75% (E2) y 79% (E3) ambas en comparación con las acciones ya implementadas antes de 2022. 


¿Cómo financiar esta transición?

La Taxonomía de Finanzas Sostenibles de Panamá proporciona un marco para que los constructores residenciales accedan a financiación sostenible para sus proyectos. Ofrece directrices y criterios para prácticas ambientalmente sostenibles en el sector de la construcción, incluyendo la edificación residencial. Al alinear sus proyectos con la Taxonomía, los constructores pueden:

  • Atraer inversionistas: Los inversionistas que buscan inversiones sostenibles pueden utilizar la Taxonomía para identificar proyectos que cumplan con los objetivos ambientales de Panamá. Los proyectos alineados con la Taxonomía pueden ganar credibilidad y atraer capital de inversionistas interesados ​​en financiar iniciativas ambientalmente responsables.

  • Acceder a productos financieros verdes: Las instituciones financieras utilizan la Taxonomía para desarrollar y etiquetar productos financieros como ambientalmente sostenibles. Los constructores residenciales pueden beneficiarse de estos productos, como préstamos verdes o bonos vinculados a la sostenibilidad, que a menudo se ofrecen con condiciones de financiamiento favorables.

  • Mejorar el desempeño ambiental del proyecto: La Taxonomía describe criterios y métricas específicos para diferentes aspectos de la construcción sostenible. En el caso de los proyectos residenciales, esto incluye la eficiencia energética, la gestión del agua y el uso de materiales sostenibles. Al cumplir con estos criterios, los constructores pueden mejorar el desempeño ambiental de sus proyectos, reduciendo su huella de carbono y contribuyendo a los objetivos ambientales de Panamá.

  • Reducir riesgos: Los edificios sostenibles tienden a tener menores costos operativos debido a su eficiencia energética e hídrica. También son más resilientes a los impactos del cambio climático, lo que reduce los riesgos asociados a fenómenos meteorológicos extremos y la escasez de recursos. Esto puede hacer que los proyectos sean más atractivos para entidades financieras y aseguradoras.

  • Mejorar la reputación y la comercialización: La construcción de edificios sostenibles y respetuosos con el medio ambiente puede mejorar la reputación y la imagen de marca de un constructor. Esto puede atraer a compradores e inquilinos con conciencia ambiental, lo que potencialmente aumenta la comercialización y el valor de las propiedades.



Para acceder a financiación sostenible, los constructores residenciales deben:

  • Familiarizarse con la Taxonomía: Comprender los criterios, las métricas y los requisitos de la Taxonomía para el sector de la construcción es crucial. 

  • Incorporar prácticas sostenibles: Los constructores deben integrar los principios de la Taxonomía en el diseño e implementación de sus proyectos. Esto incluye la adopción de diseños energéticamente eficientes, el uso de materiales sostenibles y la implementación de medidas de ahorro de agua.

  • Obtener certificaciones: Obtener certificaciones reconocidas de construcción ecológica, como LEED o EDGE, puede proporcionar una verificación externa de las credenciales de sostenibilidad del proyecto, haciéndolo más atractivo para inversores y financiadores.

  • Colaborar con instituciones financieras: Los constructores deben acercarse proactivamente a bancos y otras instituciones financieras que ofrecen productos financieros ecológicos, demostrando cómo sus proyectos se alinean con los criterios de la Taxonomía.

  • Monitorear e informar: El seguimiento y la presentación de informes sobre el desempeño ambiental del proyecto utilizando las métricas descritas en la Taxonomía ayudan a demostrar transparencia y compromiso con la sostenibilidad, reforzando la credibilidad del proyecto ante los inversores.


Al comprender y aplicar los principios de la Taxonomía de Finanzas Sostenibles de Panamá, los constructores residenciales pueden acceder a financiamiento, mitigar riesgos y contribuir a la transición de Panamá hacia un futuro más sostenible.


Una edificación sostenible aumenta su valor en el tiempo más que una edificación “normal”. Por ello, en miras de la sanción de la Ley 468 del 24 de abril de 2025, que subroga la Ley 3 de 1985, que establece un régimen de intereses preferenciales en ciertos préstamos hipotecarios, y dicta otras disposiciones, para los compradores de estas viviendas, existirá un apetito inmediato y deberían enfocarse en buscar la oferta de aquellos constructores que utilicen prácticas ambientalmente sostenibles en el sector de la construcción para mejorar el desempeño ambiental de sus proyectos, reduciendo su huella de carbono y contribuyendo a los objetivos ambientales de Panamá.


Un título respaldado por hipotecas es un bono cuyo valor se deriva de cientos de hipotecas que se titulan juntas y luego se califican y se venden a los inversores. Un título respaldado por hipotecas "verdes" agruparía hipotecas sobre edificaciones que cumplan con parámetros específicos de consumo de energía y ambientales. 


Los títulos respaldados por hipotecas "verdes", pueden incluir edificios comerciales energéticamente eficientes y respetuosos con el medio ambiente. Estos productos "verdes" podrían tener una calificación más alta y un valor superior a los títulos respaldados por hipotecas tradicionales como resultado de los ahorros operativos y la comercialización, así como otros beneficios tangibles e intangibles asociados con las instalaciones "verdes"; características de valor agregado que podrían resultar en un acceso mejor y más barato al capital para los posibles propietarios e inversores en proyectos de construcción ecológica. 


Sin embargo, al igual que otros escenarios de préstamos relacionados con edificios “ecológicos”, este escenario depende en gran medida de que la comunidad financiera pueda medir y valorar con precisión los ahorros y las reducciones asociados con la construcción “ecológica”.


En conclusión, el camino hacia el desarrollo urbano sostenible en Panamá es claro y los mecanismos regulatorios para el sector construcción y financiero están establecidos. La convergencia de nueva legislación que busca reducir el impacto que tenemos en nuestro ambiente, la Taxonomía de Finanzas Sostenibles y la creciente demanda de espacios habitables ecológicos por parte de los consumidores crea un terreno fértil para la innovación y el crecimiento en el sector de la construcción. No se trata solo de adherirse a los nuevos estándares, sino de crear un futuro más resiliente y valioso.


En Lex Innova abogamos por el desarrollo urbano sostenible y la utilización de los mecanismos financieros disponibles en Panamá para mitigar los impactos del cambio climático y alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible. 


Si usted es desarrollador, inversionista o simplemente está interesado en comprender el marco legal y aprovechar las oportunidades que ofrecen las prácticas de construcción sostenible en Panamá, Lex Innova está aquí para ayudarle. Nuestra experiencia en derecho del desarrollo urbano y finanzas sostenibles nos permite ofrecer orientación integral y asesoramiento estratégico. 


Contáctenos para explorar cómo puede integrar prácticas sostenibles en sus operaciones y contribuir a un Panamá más verde y próspero.



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